Impresoras de chorro de tinta:
Este tipo de impresoras son con mucho las más utilizadas en un uso doméstico. Salvo en cuidado externo no suelen ser impresoras que necesiten un mantenimiento especial si se utilizan habitualmente. Los problemas con estas impresoras vienen cuando sólo imprimimos de tarde en tarde (se estropean más por la falta de uso que por usarlas).
Para evitar esto hay un método bastante simple, consiste en hacernos una plantilla (que puede ser en cualquier procesador de texto o en Paint) que tenga los colores básicos, es decir, negro, azul, rojo, verde y amarillo. Si no utilizamos la impresora, al menos una vez por semana debemos imprimir este patrón. Todas las impresoras traen consigo herramientas de mantenimiento entre las que se encuentra una denominada Limpieza de cabezales. Esta herramienta es bastante eficaz cuando la impresión no es todo lo buena que debiera, y en realidad consiste en aplicar tinta con una presión superior a la utilizada normalmente. Hay varias formas de incorporar los inyectores. En unos casos estos están en el propio cartucho de impresión (suele ser el caso de HP, Lexmark y alguna marca más). En otros, los cabezales están en el mismo cabezal de impresión, pero es una pieza independiente que se puede sustituir fácilmente (es el caso de bastantes impresoras Canon) y en otros los cabezales se encuentran en la propia impresora, en el cabezal de impresión, pero estos no se pueden cambiar (los tienen que cambiar en el servicio técnico), como es el caso de Epson y algunos modelos del tipo Photo de HP y otras marcas.
En el caso de los cartuchos que incorporan el cabezal, si bien son más caros, estrenamos cabezales cada vez que cambiamos el cartucho, por lo que el mantenimiento de estos es inexistente. Y los cabezales reemplazables, estos se deben cambiar cada cierto tiempo para un buen funcionamiento.
En el caso de impresoras en las que el usuario no puede reemplazar los cabezales ya hemos visto una forma de mantenimiento para estos. Hay en el mercado unos cartuchos parecidos a los de tinta, pero que contienen un producto especial para la limpieza de los cabezales.
Estos cartuchos no suelen ser demasiado caros siendo un buen remedio ante cabezales muy sucios u obstruidos, algo que podemos probar antes de llevarla al servicio técnico.
Debemos evitar que en la varilla metálica en la que se desplaza la cabeza de impresión se acumule suciedad y, sobre todo, que se reseque.
Aunque tarda bastante en resecarse si utilizamos la impresora habitualmente, de no utilizarla también se puede resecar e incluso oxidar.
Podemos limpiar esta varilla con un trapo seco y a continuación aplicar un poco de grasa con base de grafito (nunca vaselinas). Esta grasa SOLO se debe aplicar si vemos que esta varilla se encuentra muy seca, hasta el punto de impedir el desplazamiento suave del cabezal.
También debemos vigilar la cinta de desplazamiento del cabezal (es una cinta fina y dentada).
Cuando empiece a deteriorarse debemos llevarla a cambiar, ya que su rotura puede causar averías más graves.
Si se trata de una impresora de gama alta puede resultarnos rentable llevarla cada cierto tiempo (dos o tres años) al servicio técnico oficial a que le hagan una revisión y limpieza interna. No suele ser una operación cara y nos va a mantener en orden la impresora durante otros dos o tres años.
En la bandeja de entrada de papel suele acumularse bastante suciedad, por lo que es conveniente limpiar esta bandeja con una brochita o, mejor, con un poco de aire a presión.
Impresoras láser:
Las impresoras láser por lo general requieren menos mantenimiento que otros tipos de impresoras, pero este suele ser más difícil de realizar, por lo que ante fallos graves es preferible llevarlas al servicio técnico. Todas las impresoras de deben limpiar apagadas, pero en el caso concreto de la láser no sólo debemos asegurarnos de que están apagadas, sino también desconectadas de la red eléctrica.
Dada la gran variedad de tipos de impresoras láser que hay en cuanto a la forma de colocación del tóner y de la unidad DUM, vamos a limitarnos a indicar que debemos mantener lo más limpia posible la bandeja de entrada de papel y el resto de superficies. Muchos tóner tienen una palanquita de limpieza. Es bueno utilizarla de vez en cuando.
En cuanto al resto de los componentes, en este tipo de impresoras yo siempre recomiendo acudir al servicio oficial para su limpieza (dependiendo del uso, puede ser cada dos o tres años).
RESUMIENDO
En general debemos evitar llegar a tener que utilizar para su limpieza otra cosa que no sea un trapo seco suave y una brochita o mejor aire a presión, ya que cualquier producto que utilicemos puede dañarlas (como habéis visto, tan sólo indico que debemos utilizar algún producto en casos de suciedad ya incrustada).
NUNCA debemos aplicar ningún tipo de producto de limpieza ni de aceites en spray, ya que estos sí que pueden dañar seriamente nuestra impresora.
SOLO debemos aplicar grasas con base de grafito en las varillas guía si se encuentran resecas, impidiendo el desplazamiento suave del cabezal de impresión, y siempre en muy pequeñas cantidades. Una vez aplicada, debemos retirar los restos de grasa que se acumulen en los extremos de la varilla.
Los cartuchos genéricos (y sobre todo los recargados) son bastante más baratos, pero también conservan peor nuestra impresora, y muy rara vez ofrecen la misma calidad de impresión, es por ello más recomendable utilizar tintas originales que realmente son más caras, pero alargan bastante la vida de nuestra impresora.